Mantenemos en la memoria el instante de las palabras de la poesía de Alejandro Guillermo Roemmers (escritor y empresario argentino), recitadas el viernes pasado en un salón de la ciudad, con ocasión de la presentación de O Regreso do Xove Principiño, cuyo original fue declarado obra de interés cultural en la Argentina, por su valor para el desarrollo de la personalidad feliz de los chavales. Nos apuntamos a difundirlo.
Alejandro se disculpa por “rasgar el velo del silencio con el insignificante y torpe puñal de la palabra”. Empieza así a definir su poesía, como forma motivada por la existencia y la experiencia, como la vida que pasa sobre el tiempo y que se reconoce en un verso. Cada poema esconde una película, que bien merece la tarde en el sofá por el premio de la revelación de la verdad que oculta.
Todos somos poetas de nuestra propia vida, que nos acercamos, consciente o inconscientemente, a la fidelidad de nuestro ser. Somos buenos o malos poetas en la medida que rasgamos el velo para que el instante existencial se acomode en la eternidad. Como San Agustín dice, con filosófico optimismo: “Hemos sido creados para alcanzar la plenitud”.
Por recorridos diferentes, coincidimos con Alejandro Roemmers y nos alegramos compartiendo su soneto Oración Libre(1), de su libro de poemas La Mirada Impar:
No dejes que te encierre en una iglesia:
tú eres cada instante y su energía;
eres dolor mutado en alegría,
no una imagen que pende de mi amnesia.No sólo un rostro dulce en la medalla
Ni oración repetida en letanía:
Tú eres la flor, el río y la poesía,
La música, la danza y la batalla.Estás alto en el cielo y en la tierra,
en el rayo, en el crimen y en la guerra,
y en la voz que nos llama a superarnos,
en la mano extendida para darse
y en el deseo innato de abrazarse
de este fuego encendido para AMARNOS.
(1) Por su compromiso de poeta y con su permiso de autor.